jueves, abril 25, 2024
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La sala de espera, un lugar clave para fidelizar a los clientes

Esperar en una sala de espera puede generar insatisfacción… o todo lo contrario. La clave es convertirlo en un momento de relajación, desconexión y agrado para quien espera. ¿Cómo se pueden generar esas sensaciones y no las contrarias?

¿Por qué el bienestar de una sala de espera es tan importante?

A nadie le gusta estar de plantón. Actualmente, con las agendas repletas y multitud de asuntos por hacer, cuando uno tiene que esperar se pone a la defensiva. Esto es percibido como una pérdida de tiempo que altera la planificación de una persona.

Son instantes críticos capaces de poner en cuestión la adhesión a una marca. Ahora bien, también constituyen una oportunidad para producir el efecto contrario. Si se ofrece una sala confortable, acogedora, concebida para desconectar, los presentes se sentirán a gusto y aprovecharán esos minutos para tomarse un paréntesis regenerador que les insufle energía.

Si esto ocurre, asocian ese momento agradable a la empresa que ha sido capaz de generarlo. En esa situación, el tiempo pasa rápido y el ánimo entra en modo positivo. Cuando alguien se siente bien tratado, su fidelidad y conexión con la marca aumenta.

¿Cómo amueblar una sala para clientes que ayude a fidelizarlos?

Hay cinco pautas que favorecen el bienestar y la comodidad del público en una sala de espera. De este modo, los clientes se sentirán bien en ella y experimentarán una corriente de simpatía hacia la organización en cuestión.

Asegurar el máximo confort

Elegir mobiliario de calidad, cómodo, práctico y duradero. Distribuir sofás para oficina y sillones en los que apetezca estar y, si el espacio lo permite, ubicar alguna mesa o escritorio para trabajar.

Decorar con colores relajantes

La armonía cromática es clave para generar un ambiente tranquilizador. No en vano, los colores influyen en las emociones humanas. Los tonos neutros, los azules suaves y el blanco, que evoca serenidad, calma y limpieza, son estupendas opciones.

Elegir una iluminación apropiada

También las luces deben invitar al bienestar, la serenidad y el relax. Para ello, seleccionar colores cálidos con una intensidad moderada y evitar las zonas de penumbra. En lo posible, adaptar su presencia a los distintos usos de cada localización: puntos de lectura, zona de tertulia, área de equipos electrónicos…

Ofrecer wifi y pantallas

Hoy en día, el acceso a internet se convierte en esencial cuando es preciso esperar. Por tanto, invitar a los presentes a acceder al wifi y anunciar sus claves de un modo visible. Tener en cuenta que cuando el público activa sus móviles, tablets o portátiles, la espera le parece muchísimo más corta.

Inspirarse en la marca

La coherencia corporativa es irrenunciable. Aplicar el estilo y los valores diferenciales de una compañía al decorar la sala de espera, ya que es un factor útil para fidelizar clientes. Algún imagotipo o logo —colocado sutilmente y con elegancia—, frases inspiradoras, prototipos o muestras de productos tienen cabida e influyen positivamente. Sobre todo, asegurarse de que la imagen proyectada refuerza la identidad corporativa.

Amueblar la sala de espera es, en consecuencia, una oportunidad estratégica para agradar a los clientes. Y recurrir a uno de los especialistas líderes en muebles de oficina, como Officinca, es una de las mejores decisiones para acertar.

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